domingo, 15 de agosto de 2010

luna de queso

Siempre le acariciaba el alborotado cabello que tenía,
me gustaba TANTO su sonrisa,
me encantaba su cuerpo
y sobretodo aquel particular lunar que tenía cerca de un pecho.

Yo era capaz de bajarle a su balcón la luna llena que amaba,
de buscar la más única flor que existiera, para que solo ella la tuviera.

Era capaz de alumbrarle su casita del árbol con puras luciernagas de noche
y después calmarle el frío con mis manos, mientras ella las contemplaba.

Si hubiera podido la llevaba a la misma luna para que comprobara que sí es de queso,
pero solo pude darle todo amor y nada más.

Cuando ella solo fue capaz de creerme su perro.

3 comentarios:

  1. Uh, me ha matado la última frase.
    Si sólo te creyó su perro que tenga cuidado, que los perros a veces muerden.
    Un besazo!

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  2. Me encantas, me encantas, me encantas...

    Me encanta tu estilo escribiendo... :)))


    Muchas gracias por visitarme, además, así te he descubierto, te seguiré de cerca...

    Un verdadero placer haberme cruzado contigo ;)

    Besos mil.

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  3. Me encantó tu luna, lunera, queso-quesera... jajaja


    Saludos y un abrazo.

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